Por: Juan Bonilla
Una soleada mañana de julio del 2020, sentados en un banco debajo de un frondoso árbol en el parque de los Gauchos, le dije al abogado y comentarista de televisión Marcos Martínez: de todos los médicos de Santiago que se mencionan actualmente para ministro de Salud Pública, el mejor es Daniel Rivera.
Eran los intensos días del período de transición, se iba el PLD y entraba el PRM, y Marcos reaccionó con cautela y como el político veterano que es: es que parece que el compromiso con Plutarco Arias es muy fuete. Eso fue los único que me respondió.
Le razoné mi opinión sin importar que él no tuviera interés en el tema: El Ministerio de Salud es una institución difícil de dirigir, muy conflictiva, fuertes intereses en disputa y a un ministro «le fabrican» un escándalo de la noche a la mañana y lo hacen saltar del cargo.
Ahí se necesita destrezas políticas, autoridad, liderazgo y hasta habilidades personales para un buen manejo mediático. En el grupo que se mencionaba, era fácil escoger al que tuviera ese perfil. Era, sin dudas, Daniel Rivera.